miércoles, 18 de febrero de 2009

Día 2: Algo más de viaje, algo más de mierda, mucho más Madrid

Cuando a primera hora de la mañana, Alejandro contempló que el pasillo del autobús estaba cubierto con periódicos, se pensó lo peor. En su día, camino de la ciudad antagónica por excelencia a su urbe natal, un tipo con seria indisposición decidió echar el resto de lo que llevaba encima. Sí, desagradable, pero al fin y al cabo.. ¿para que nació este blog? Pues eso.. pero por suerte los diarios fueron retirados y al subir al autobús apenas había presencia de olor hostil.

 Eso fue lo más relevante del viaje, para que os hagáis una idea; eso y la falta de sonido de la radio que impidió a quien escribe percibir como Dios manda dos obras maestras como Hércules (la de dibujos animados) y Pretty Woman.

Así que tras un viaje de emociones que no llegan casi más allá del asco, se llega a Madrid, y mejor aún, a una de sus estaciones más desgastada, la estación de Méndez Álvaro, la estación sur. Un lugar bastante amplio con sandwicherias Rodilla como único elemento de glamour. Se desaloja todo lo que se tiene que desalojar y se acude a la primera de las muchas citas con el subsuelo.

Ese sí se mantiene intacto para lo bueno y para lo malo, pero decir a su favor, que era el único medio fiable que me iba a llevar a mi lugar de acogida, en el sur sur de Madrid, donde ya había estado la anterior vez y donde no hubo pocas polémicas por ello (novios con cierto grado de celosía fue el mal mayor). Y tras ingerir una serie de alimentos, un posterior intercambio de manos con una de esas gentes, llegó la primera cita con un Madrid más conocido por todos: una cita en la Plaza de Callao.

La Plaza de Callao siempre tiene incrustada una imagen: el enorme Fnac que posee, pero esta vez tocaba algo más importante, porque los reencuentros son siempre algo así y más si se trata de alguien que vale la pena y llevas un año sin ver, mi amiga Nuria. En mi breve estancia en la universidad madrileña fue con quien mejor amistad hice; para el recuerdo quedarán nuestros cánticos y posterior coreografía de "La vida es una tómbola" en las clases de francés por sólo citar un ejemplo.

Rubia y moreno se juntaban de nuevo, hablaron de infinidad de tonterías, se rieron de si mismos y sobre todo del mundo.. como en los viejos tiempos, hay cosas que nunca cambiarán. Y tras chocolate, café y algo de bollería industrial acordaron (sin sangre, todo sea dicho) que el próximo encuentro se produciría en menor tiempo, tampoco era tan difícil. Y se despidieron como era menester; el día de mañana iba a ser de lo más intenso para el autor, pero eso lo dejamos para mañana..

4 comentarios:

  1. Viajes así, pocos.. días repetitivos son los que invaden ahora..

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  2. Puede que la estación de Méndez Álvaro sea el lugar con menos glamour de todo el jodido planeta.

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  3. ¿Sigue usted vagando por las calles de Madrid?

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  4. Mmmmmm......me gusta!

    Cowgirl get the blues.

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